Para la recepción del príncipe de Gales, la duquesa de Sussex deslumbró con un elegante traje nupcial de Stella McCartney.
Después de la ceremonia en el Castillo de Windsor, el banquete y la fiesta, el gran día de la boda del príncipe Harry y Meghan Markle terminó con la recepción del príncipe Carlos de Gales en la casa de campo de Frogmore House (Windsor) con una lista de invitados reducida a 200.
Los recién casados salieron del castillo rumbo a la casa de campo –adyacente a la fortaleza– en el icónico Jaguar E-Type Zero, cuya matrícula era el día del enlace "190518", y con un cambio de vestuario.
El príncipe Harry lució un traje de esmoquin negro con pajarita, mientras que la duquesa de Sussex reapareció con un vestido blanco inmaculado de crepé de seda con cuello halter, con los hombros y la espalda al descubierto, firmado por la diseñadora británica Stella McCartney, quién también vistió a la madre de Meghan, Doria Ragland, para la recepción nocturna.
De igual modo que el primer vestido que llevó Meghan, el traje era sencillo, sin poseer adorno alguno. Pero éste era más sugerente y tenía una dosis justa de glamour y elegancia.
Para la ocasión, se calzó un par de stilettos nude de la casa italiana Aquazurra, que tenían la suela pintada en azul bebé para cumplir así con la tradición de "algo nuevo, algo prestado y algo azul". Llevó unos pendientes largos de diamantes y oro blanco, el diseño Reflection, de Cartier y, una joya que perteneció a Diana de Gales: un anillo con una aguamarina.
La elección de Stella McCartney me pareció muy acertada y muy acorde con Meghan. Influyente, pionera y comprometida con el medio ambiente y los derechos de los animales, la diseñadora es un reconocido talento británico que ocupa un lugar relevante en la escena de la moda internacional.
Antes de finalizar, recordemos que la cuñada de Meghan, la duquesa de Cambridge, también hizo un cambio de vestuario. Tanto para la ceremonia como para la recepción eligió un estilismo de Alexander McQueen, ambos vestidos diseñados por la directora creativa Sarah Burton.
Volviendo a los duques de Sussex, a Harry y a Meghan, sólo una cosa más: ojalá sean muy felices...
¿Qué vestido te gustó más? ¿El primero o el segundo que llevó Meghan Markle?
Foto: Captura de Youtube
El príncipe Harry lució un traje de esmoquin negro con pajarita, mientras que la duquesa de Sussex reapareció con un vestido blanco inmaculado de crepé de seda con cuello halter, con los hombros y la espalda al descubierto, firmado por la diseñadora británica Stella McCartney, quién también vistió a la madre de Meghan, Doria Ragland, para la recepción nocturna.
De igual modo que el primer vestido que llevó Meghan, el traje era sencillo, sin poseer adorno alguno. Pero éste era más sugerente y tenía una dosis justa de glamour y elegancia.
Para la ocasión, se calzó un par de stilettos nude de la casa italiana Aquazurra, que tenían la suela pintada en azul bebé para cumplir así con la tradición de "algo nuevo, algo prestado y algo azul". Llevó unos pendientes largos de diamantes y oro blanco, el diseño Reflection, de Cartier y, una joya que perteneció a Diana de Gales: un anillo con una aguamarina.
La elección de Stella McCartney me pareció muy acertada y muy acorde con Meghan. Influyente, pionera y comprometida con el medio ambiente y los derechos de los animales, la diseñadora es un reconocido talento británico que ocupa un lugar relevante en la escena de la moda internacional.
Antes de finalizar, recordemos que la cuñada de Meghan, la duquesa de Cambridge, también hizo un cambio de vestuario. Tanto para la ceremonia como para la recepción eligió un estilismo de Alexander McQueen, ambos vestidos diseñados por la directora creativa Sarah Burton.
Volviendo a los duques de Sussex, a Harry y a Meghan, sólo una cosa más: ojalá sean muy felices...
¿Qué vestido te gustó más? ¿El primero o el segundo que llevó Meghan Markle?
Foto: Captura de Youtube
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